Es esencial que la educación sobre nutrigenética y nutrigenómica sea rigurosa y equilibrada, que ponga sobre la mesa su realidad, su potencial, pero también sus limitaciones. Esta misión educadora es la que trae la obra Nutrigenómica y nutrigenética. Hacia la nutrición personalizada, lanzada por Librooks. Con un lenguaje riguroso y didáctico, el libro cuenta con el soporte del Instituto Tomás Pascual para la nutrición y la salud y ha sido escrito por los doctores David de Lorenzo, José Serrano, Manuel Portero-Otín y Reinald Pamplona, del Centre Nutren-Nutrigenomics, un grupo de investigación biomédica especializado en nutrición y envejecimiento, asociado a la Facultad de Medicina de la Universidad de Lleida.

Personalizar las recomendaciones dietéticas

Probablemente nuestra alimentación es el factor ambiental de riesgo a enfermedades más importante de todos a los que estamos expuestos. Esta condición caracteriza el siglo XXI por la denominada epidemia nutricional: las enfermedades no infecciosas derivadas de unos hábitos de vida poco saludables han reemplazado a las clásicas enfermedades infecciosas como principal causa de mortalidad y hoy son uno de los principales problemas sanitarios.

Actualmente se calcula que la edad máxima biológica para la cual el ser humano está programado genéticamente es de unos 130 años. Si en general no llegamos a esta edad es porque una serie de factores ambientales afectan a nuestra maquinaria metabólica, agotándola antes de tiempo. Sin embargo, llegará el día en que podremos personalizar las recomendaciones dietéticas para tener un desarrollo adecuado y un envejecimiento saludable.

La gran revolución comenzó en 2001, cuando se hizo público el primer borrador del genoma humano. A partir de entonces se produjo un avance considerable en la tecnología del estudio de la genómica y su interacción con el ambiente y los nutrientes, lo que dio lugar a una nueva visión, más completa, de las enfermedades complejas no infecciosas.

A partir de la unión de la genética y de la nutrición se realizaron los primeros estudios de la nutrigenómica y/o nutrigenética. Aunque por separado estas disciplinas han tenido gran éxito en resolver problemas muy específicos, a la hora de abordar las enfermedades complejas y comunes como son las cardiovasculares, el cáncer y la obesidad, éstas se necesitan la una a la otra para saber por qué, cómo, cuándo, con quién y para quién los nutrientes funcionan tanto en la matriz del alimento como por separado.

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